RESPONSABLE
Técnica en Seguridad e Higiene: Daiana Roxana Parra.
PROPUESTA
Sus sentidos naturales, hábitos, costumbres, gustos, deseos, sus razones económicas y de tiempo, etc., y hasta necesidades fisiológicas involuntarias, le habrán hecho optar ante una inmensa oferta y variedad de productos, subproductos y preparados diversos que una vez restaurados en su hogar, constituirán la ración para su dieta diaria.
¡¡Que extraordinario movimiento genera el hombre alrededor de los alimentos!! Sin desconocer que existen sofisticadas técnicas de mercadotecnia que pueden hacer que el consumidor cambie radicalmente entre lo que tenía pensado adquirir y lo que efectivamente compró, el hombre se alimenta porque es estrictamente indispensable para mantener la vida y opta ante tan inmensa variedad de alimentos porque comer es un placer.
En término medio, una persona (con una esperanza de vida de 73,2 años según OPS / 2002) comerá unas ochenta mil veces en su vida e ingerirá un promedio de unas cuarenta toneladas de alimento, bueno es entonces que ésta actividad tan indispensable y repetitiva, a lo largo de nuestra vida, se realice de la manera más grata e inocua posible.
El consumidor no puede ni debe salir a comprar sus alimentos pensando en que esto puede significar un riesgo para su salud, supone y debería ser así, que desde el mismo momento en que el alimento se encuentra en el comercio, goza de suficientes garantías de calidad e inocuidad, y que el estado a través de sus organismos competentes ha fiscalizado tal condición.
Lamentablemente y por muchas causas, esto no es así, las estadísticas sobre enfermedades relacionadas con el consumo de alimentos nos informan de continuos episodios de esta naturaleza, es decir que aún estamos lejos de alcanzar un grado efectivo de seguridad e inocuidad alimentaria.
Desconocimiento, negligencia, irresponsabilidad, fraudes y accidentes son en general, las causas que frecuentemente hacen del comer un acto peligroso y del alimento un vehículo de transmisión de enfermedades.
Aunque son muchas y sus síntomas pueden afectar gravemente la salud de las personas, las enfermedades transmitidas a través de los alimentos son fácilmente evitables si se siguen estrictamente los controles en sus diferentes etapas.
La inocuidad alimentaria es una responsabilidad compartida entre gobierno, productores, industriales, procesadores, manipuladores, transportistas, comerciantes, vendedores, técnicos o profesionales, y los propios consumidores.
Es sin duda, una larga cadena de intervenciones, cada uno con su propia responsabilidad las que deben ser cumplidas de la mejor manera posible, esto podría explicar en gran medida los numerosos factores que pueden alterar un alimento genuino.
La bromatología es una disciplina enfocada básicamente en el estudio de los alimentos, lo cual también incluye su composición y todo el proceso que tiene un alimento hasta que es consumido por el hombre.
Es por ello que el departamento de bromatología suele encargarse de diversas funciones relacionados con la forma en que se manipulan y conservan los alimentos a fin de prevenir de manera categórica las enfermedades asociadas a los mismos.
El departamento de bromatología suele encargarse de realizar las inspecciones en comercios para comprobar que se cumplan las normas de higiene, indumentaria del personal, manipulación de alimentos y otras normativas que exige la venta de productos alimenticios.
Entre sus actividades, el departamento de bromatología también se encarga de relevar e inspeccionar los puestos de comida ambulante para eventos, donde se lleva a cabo un control bromatológico para confirmar que se cumplan los requisitos propios de esta metodología de trabajo.